Pasos para crear un presupuesto personal u hogareño

Sin importar si tu objetivo es viajar, ahorrar, mejorar tus finanzas o un algo aún más grande, te damos los pasos para crear un presupuesto personal u hogareño y alcanzar tus metas. Yo tengo claro que para alcanzar objetivos financieros requiere orden en mis balances personales. No hablo de empresas, me refiero a mis ingresos como trabajador versus mis gastos como persona o incluso como emprendedor.

Es prácticamente imposible viajar, conseguir nuestro próximo objetivo material o como mínimo ahorrar y hacer un colchón de seguridad económica cuando nuestras finanzas no están en orden. Esto es mucho más visible cuando todos los meses llegamos a mirar nuestra cuenta bancaria y nos damos cuenta que ya consumimos todo lo que nos ingresó, pero que aún nos quedan días por delante en los cuales, ¡hey! tenemos que vivir… y no del aire.

Los pasos para crear el presupuesto

Crear un presupuesto personal u hogareño no requiere mayor cantidad de pasos, pero puede incluir una amplia variedad de métodos o herramientas que puede volverlo extremadamente simple o incalculablemente complicado. Esta decisión depende mucho de nuestra educación financiera, nuestra situación económica, el objetivo que perseguimos y como si no fuera poco, qué tipo de ingresos y egresos de dinero tenemos.

Elegir el método de creación de presupuesto y seguimiento

Uno de los principales problemas que las personas incurren al intentar crear su presupuesto y organizar de una vez por todas sus finanzas es elegir un método que encaje con su forma de ser.

Seamos sinceros, aún cuando varios cientos de personas estarán leyendo el artículo en el día de publicación, no todos tienen las mismas capacidades para crear presupuestos de la misma manera. Algunos preferirán realizar todo en papel, otros requerirán herramientas como excel o Google Sheets y siempre estarán aquellos que lo harán en herramientas y apps populares como Mint, entre otras.

Si nos sentimos neófitos respecto de las herramientas que las computadoras o internet nos ofrecen, hacer un presupuesto en papel y lápiz está perfectamente bien. El presupuesto es tan solo una herramienta, simple, eficiente e informativa que debe servir a todos.

Aquellos que prefieran utilizar herramientas productivas de las diferentes compañías globales o a través de apps son bienvenidos a leer los pasos también. Les darán información valiosa para apoyar sus objetivos.

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1. Establecer nuestros objetivos

En esto hay que ser claro, establecer qué es exactamente lo que deseamos hacer con nuestro dinero es más que importante. Ningún papel o planilla de cálculos con números nos ayudará de manera alguna si no tenemos algún tipo de objetivo a seguir. Crear un presupuesto personal será el primer objetivo antes de nuestro objetivo real.

De esto se desprenden dos tipos de objetivos claros, el de largo plazo (5 años o más en mi forma de ver) o el de corto plazo que generalmente es menor a 2 años. Si estamos buscando ahorrar e invertir para nuestro retiro o jubilación estaremos hablando de largo plazo; esto es, dependiendo nuestra edad hablaremos de 5 años o más en el horizonte. Por el contrario, cuando queremos comprar un automóvil, alguna cuestión material o quizá tan solo invertir o pagar un adelanto de una compra mayor, es posible que el plazo contenga un cortoplacismo de no más de 2 o 3 años.

Cuando hablamos del largo plazo, nuestra idea tiene que contener una cantidad de dinero que estimemos de manera fehaciente que es sustentable a lo largo del tiempo, a excepción de consecuencias terribles que pudieran suceder en el medio. Es decir, si nuestro plan es ahorrar o dedicar $100, y esto es un 10% de nuestro salario, es posible que incluso ante una debacle mayor, nuestra posibilidad de continuar en curso sea posible siempre y cuando nuestra deuda o costo de vida sea bajo. Por el contrario, si nuestro objetivo nos pone en una situación del 40% o 50% es altamente probable de que nuestro plan sea imaginario más que sustentable.

2. Calcular ingresos versus egresos

Este es el lugar en donde las personas tienen que ser completamente honestas y responsables. Al menos si es que realmente quieren hacer un presupuesto que los beneficie. Esta parte tiende a ser muy fácil si somos honestos con nosotros mismos.

Calcular Ingresos

Sumar todos los ingresos fijos que tenemos debería ser suficientemente accesible. Si vivimos en pareja o tenemos otros contribuyentes que estarán incluídos es importante que esa o esas personas sean realistas y responsables también. Luego a esto sumar un promedio de los ingresos irregulares siempre y cuando sean suficientemente estables como para considerarlos.

Por ejemplo, si manejamos para Uber de manera part-time 10 horas al mes y lo hemos realizado por los últimos 6 meses es probable que ya tengamos un promedio de lo que podemos obtener mensualmente. En la economía de lo compartido y de las oportunidades online, calcular nuestros ingresos alternativos debería ser bastante simple. Sumamos los ingresos de los últimos 6 meses, año o 2 años dependiendo que tanta historia tengamos ejecutandolo y lo dividimos por la cantidad de meses en el período calculado y esto nos dará un estimado de lo que podemos calcular como ingresos razonablemente.

Calculando egresos o gastos

Luego viene la parte complicada, los gastos… el lugar en donde unos calculan sus salidas como amigos como gastos de negocios y otros rotundamente afirman que sus gastos en apuestas son una inversión a largo plazo. En esto tenemos que ser completamente transparentes, ah, y sí… ambos ejemplos son gastos en entretenimiento y no inversiones.

Los gastos son gastos, dinero que de alguna manera deseamos utilizar sin recibir una ganancia de ningún tipo. El placer de ir a ver a nuestra banda preferida no nos provee una ganancia, y el placer tampoco lo es; al menos desde el ojo financiero. Lo cual no quiere decir que nuestros gastos sean inútiles. Todo lo contrario, tener una saludable vida social es a todas luces un aspecto positivo de la vida de una persona. Siempre y cuando esto no incurra en todos nuestros ingresos mensuales, ¿no?

  • Primero debemos revisar nuestros gastos mensuales de los últimos 3 a 6 meses para encontrar patrones de gastos recurrentes y ocasionales.
  • Luego establecer cuáles de los gastos fijos mensuales son esenciales o importantes (servicios públicos, renta, hipoteca, pago del automóvil, seguro, etc) y cuáles no, (membresía del gimnasio, Spotify, Netflix, Cable, plan de telefonía, suscripción de delivery, etc)
  • Establecer luego que parte de nuestros gastos ocasionales y variables tienen verdadera importancia. ¿Comer en un restaurante al mediodía 3 veces a la semana es importante? ¿Realmente queremos seguir haciéndolo? ¿Podemos reemplazarlo y ahorrar si cocinamos y nos llevamos la comida casera? Este tipo de preguntas debería guiarnos hacia buen puerto. Recuerden, el objetivo es más importante que la comodidad que estamos obteniendo…
  • Encontrar gastos hormiga. Aquellos gastos que incluyen montos menores ($1 $5 $10) en días y horarios aleatorios que si los sumamos todos los meses terminan comiendo una porción superior al 5% o 10% de nuestro ingreso total. ¿Son reemplazables? ¿Son importantes? Encontrarlos, agruparlos, entenderlos y analizar si realmente son gastos importantes o impulsivos pueden ser la diferencia entre alcanzar nuestro objetivo o seguir en la misma situación. 10% de nuestro ingreso es MUCHO…

Al finalizar esta etapa completamente honesta entre fijo y variable, entre importante y no esencial, y sobre todo… entre gasto hormiga o consumo consciente nos llevará a realmente entender a dónde y en qué se nos vá el dinero. El hecho de que estemos creando un presupuesto personal nos indica que realmente estamos interesados en mejorar nuestra situación.

3. Establecer metas presupuestarias

Un presupuesto saludable debería, en teoría, incluir no más del 50% del ingreso en cuestiones esenciales como renta o hipoteca, gastos hogareños no negociables, transportación, seguro, costo de repago de préstamos y comestibles o compras del supermercado del mes.

Bien, lo ideal no es siempre la vida real, lo tengo claro. Aumentemos ese porcentaje a un 65% y agreguemos un 15% para el esparcimiento, entretenimiento y cuestiones discrecionales. Esto nos daría un 80% de nuestro ingreso, con un 15% que podría ser cortado o anulado en cualquier momento de necesidad sin ponernos la cuerda al cuello. Aún así, podríamos estar ahorrando un 20% o utilizandolo a favor de nuestro objetivo mes tras mes. ¿Se entiende? Aún en una situación poco ideal (la del 50%), estaríamos en buen puerto hacia nuestro objetivo.

Pagar nuestra tarjeta de crédito todos los meses porque deseamos postergar nuestros pagos o extenderlos en el tiempo es posiblemente una de las peores decisiones que podamos tomar. Lo mismo aplica a la idea de tener una tarjeta de crédito con costos anuales que no podemos justificar de ninguna manera.

4. Establecer prioridades en el pago de deudas

Aquí viene otro tema espinoso, el de establecer prioridades para el pago de deudas. Sin embargo hay dos métodos simples y efectivos, pero con grandes diferencias: uno psicológico y otro financiero. Es por eso que crear un presupuesto nos ayuda con la realidad de nuestras finanzas personales.

El primer método para crear un presupuesto personal es aquel que comienza pagando y atacando las deudas menores primero y pagando el mínimo necesario en todas las demás hasta llegar a aquella con mayor monto sin importar el interés que se paga por la misma. Psicológicamente este método, el método de la avalancha, causa satisfacción al ver objetivos menores, pero objetivos al fin, caer como moscas en medio de un establo infestado. El lado negativo es que probablemente nos tome más tiempo y paguemos muchísimo más interés al final del día.

Existe otro método, más riguroso y con menos pasos respecto de las satisfacciones a corto plazo. Este es el de pagar las deudas comenzando por priorizar aquella con mayor costo de interés indistintamente del monto o plazo de las mismas. Con este método nos aseguraremos de pagar las deudas con mayor costo primero para al final llegar a aquellas que menos ingresos nos comen respecto al capital que debemos repagar. El beneficio es que en la amplia mayoría de los casos, ahorraremos dinero y tiempo a costa de ver pequeñas batallas ganadas contra una guerra en la que nos metimos usualmente por un giro de la vida o por falta de responsabilidad nuestra.

5. Seguir nuestros gastos mensuales

Esta es la parte más difícil, incluso para aquellos fanáticos de utilizar aplicaciones del teléfono. Seguir nuestros consumos requiere costumbre, tiempo y mucho esfuerzo. La idea es poder decir exactamente cuánto gastamos mensualmente en vegetales, quesos, carnes, entretenimiento, transporte, servicios, etc, etc, etc…

La idea es automatizar y establecer rutinas de consumo (o patrones) que ayuden a mantener el presupuesto organizado.

Tener una rutina de lo que consumimos, nuestros gustos, nuestros placeres y nuestra dieta nos ayuda muchísimo más de lo que creen a controlar nuestras finanzas, mantener y crear un presupuesto personal. Hacer las compras regularmente en los mismos lugares y con los mismos descuentos también ponen bajo nuestro control las finanzas.

Incluso cuando tengamos que cambiar de establecimiento por otro que nos provea mejor precio, es cuestión de esfuerzo y dedicación hacia nuestro plan y objetivo. No se olviden, todo comienza con un objetivo. Aunque sea ahorrar por el hecho de ahorrar. Crear un presupuesto personal es el comienzo para alcanzar nuestros objetivos.

Anotarlos en nuestra libreta, utilizar nuestro teléfono, aprovechar las aplicaciones que nos dan categorías específicas o bien una simple hoja de cálculo y actualizar nuestro presupuesto cuando los gastos se han realizado. Luego entender exactamente cuánto nos queda disponible para cada categoría y apegarse a ella.

Conclusiones

No se den por vencido. Por favor, aunque parece muchísimo trabajo, crear un presupuesto personal y sobre todo seguirlo, requiere concentración y dedicación al comienzo, pero seguimiento luego. Sí, requiere esfuerzo respecto de diferenciar las necesidades de los deseos racionales o irracionales, pero en definitiva está en nosotros y nuestros objetivos.

¿Cuánto queremos nuestro objetivo? ¿Qué tanto deseamos alcanzarlo? Establecer rutinas de consumos es una gran estrategia que nos ayudará a cada paso de la creación del mismo. Consumir en los mismos lugares, utilizar cupones y tarjetas de crédito con descuentos que nos ayuden a conseguir los objetivos, y mantenernos en curso a pesar de los vientos en contra. Pero sobre todo, poner un límite al porcentaje de nuestro ingreso que estamos dedicando a cuestiones no importantes.

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Al final del día controlar los gastos es mucho más importante que la cantidad real que nos ingresa. Obviamente estamos hablando de un ingreso racional, pero controlar los gastos es siempre más importante que el monto total de ingresos una vez que cubrimos el techo, la comida y las necesidades básicas. De ahí en más, el resto está totalmente bajo nuestro control.

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