¿Sacar una tarjeta de crédito? Revisa tus hábitos
Desde Puntos Globales en parte empujamos el tema de cómo las tarjetas de crédito, bien utilizadas, pueden ahorrarnos dinero o bien ayudarnos a alcanzar el próximo objetivo. Sin embargo, para sacar una tarjeta de crédito tenemos que revisar nuestros hábitos de consumo y nuestras finanzas.
Comienza por tus hábitos de consumo y toma el control
Todos hemos tenido algún período de descontrol en nuestras finanzas personales, es inevitable. En algún momento de mi vida, mis finanzas no estaban donde tenían que estar y los errores se acumularon. Considero que como humanos que somos, los errores tienden a tomar dos caminos completamente opuestos: reforzar el error hasta volverlo un hábito o bien abrirnos la puerta para el cambio en el sentido opuesto.
En mi caso fue el sentido opuesto. Siempre me interesé por las finanzas, las tarjetas de crédito y la forma en que los bancos funcionan. Luego sumé 2 + 2 respecto de cómo el turismo (o los viajes) y las entidades financieras estaban relacionadas, y por último, quedé asombrado por las maneras en las cuales personas normales como usted y yo podemos obtener más valor en el día a día de lo que creemos.
El primer paso para poner en orden nuestras finanzas y obtener una tarjeta de crédito
El primer paso respecto de nuestras finanzas y el hecho de poder tener una tarjeta de crédito es estar en control de uno mismo. Tenemos guías sobre como armar un presupuesto doméstico (para el hogar) y cómo tomar control sobre nuestro presupuesto y ser eficientes en nuestra economía del hogar. Es una serie de 3 partes que podrán ayudarlos a mejorar su situación.
Voy a ser bien claro: no podemos obtener ningún tipo de tarjeta de crédito hasta no tener control sobre nuestras finanzas. Si nuestros hábitos incluyen tener un balance a fin de mes que termina financiado, estaremos pagando intereses y esto no nos sirven en el juego de las millas y puntos.
En el caso de que nuestra tarjeta de crédito sea un método más para olvidarnos de que cada vez que la sacamos estamos utilizando nuestro dinero actual o futuro, no podemos tener una tarjeta de crédito; estamos atentando contra nosotros mismos.
Tener una tarjeta de crédito requiere control sobre nuestros ingresos y una planificación medianamente organizada de nuestros gastos. ¿Cuánto gastaré en comida este mes? ¿Qué tipo de artículos se me vencen? ¿Que productos compro y utilizo más a menudo? ¿Puedo cocinar en casa y llevarlo al trabajo, o estoy bien gastado el doble cada día en algún negocio? Preguntas de este tipo nos ayudarán a ajustar nuestro balance mensual.
Presupuesto bajo control, ¿Que tarjeta de crédito elijo?
Si nuestro presupuesto está bajo control, e incluso si ya poseemos una tarjeta de crédito que pagamos a fín de mes en su totalidad, una tarjeta de crédito que se adapte a nuestro patrón de gastos y objetivos personales o de negocios podrá hacer la diferencia. ¿Que estrategia tomamos a futuro?
No existe una plantilla que pueda aplicarse a todos los casos, pero podemos ofrecer luz en un camino básico a tomar que podemos utilizar como genérico.
Lo primero que necesitamos es entender nuestro patrón de gastos. Debemos buscar entre nuestros comprobantes de pagos, nuestros resúmenes de tarjetas de crédito o débito, o bien pasarnos uno o dos meses tomando nota de dónde y en qué gastamos el dinero… y sobre todo… ¡cuando!
Nuestros patrones de consumos y gastos
Una vez que descubrimos realmente en qué y dónde gastamos el dinero todos los meses podremos establecer una estrategia de consumo. Por ejemplo: ¿Gastamos 30% de nuestro ingreso en artículos de alimentación, higiene y necesidades básicas? Asumiendo este hecho, deberíamos ver en qué lugares hacemos las compras. ¿Es un supermercado? ¿Podemos pagar con tarjetas de crédito? ¿Tienen ofertas?
Respecto al ocio, ¿En qué gastamos en nuestros tiempos de ocio? ¿Cómo nos movemos por nuestra ciudad o pueblo? ¿Viajamos? ¿Viajamos domésticamente o internacionalmente? ¿Qué tipo de entretenimiento buscamos?

Los servicios públicos y/o privados. ¿Qué porcentaje de nuestros ingresos utilizamos en gas, electricidad, internet, telefonía, etc? ¿Podemos pagarlos con tarjeta de crédito sin recargo? Preguntas que nos guiarán respecto a qué tarjeta de crédito nos vendrá mejor.
Cuando estas preguntas están resueltas por cada categoría de consumo en la cual tenemos un porcentaje mayor de nuestro presupuesto, podremos elegir nuestra tarjeta de crédito… en parte. ¿Por qué en parte? Porque faltaría la tercera pata de la mesa: el objetivo a perseguir.
¿Qué objetivo tengo respecto de los beneficios de las tarjetas de crédito?
La última pata de la mesa es el objetivo que tenemos respecto a obtener una tarjeta de crédito. No es para menos pensar en qué queremos realmente de nuestra tarjeta de crédito. Hay gente que no tiene problemas en saltar de banco en banco y tener 20 tarjetas de crédito sin afectar su scoring crediticio y sus finanzas, mientras hay otros que con solo una tarjeta de crédito se meten en un problema irrecuperable.
Nuestro objetivo debería estar centrado en dos categorías clave: buscamos viajar más y a menor precio (o «gratis), o bien buscamos un descuento en todos nuestros consumos.
Si buscamos viajar, nuestro objetivo tiene que ser estimado en dos maneras: doméstica o internacional.
En el caso de buscar viajar más seguido domésticamente, tenemos que enfocarnos en buscar tarjetas de crédito que estén íntimamente ligadas a la aerolínea local más importante o bien a los puntos bancarios que más centavos de dólar por punto nos ofrezcan a la hora de canjearlos al estilo buscador de vuelos en cualquier aerolínea.

Si nuestro objetivo está relacionado a los vuelos internacionales, la mejor opción sería buscar una tarjeta de crédito que nos ofrezca flexibilidad respecto a las aerolíneas y al valor de los puntos. Los puntos flexibles, transferibles a múltiples aerolíneas, nos permiten obtener mucho más valor de lo normal ya que tenemos múltiples opciones que podemos asignar a gusto a medida que encontramos ofertas acordes a lo que podemos pagar (en millas).

Generalmente, buscar puntos de hoteles como nuestro método principal de acumulación de millas es un error grande. Los puntos hoteleros tienen un valor mucho menor respecto al de las aerolíneas y el de los bancos. Preferentemente querrán elegir un banco con múltiples socios comerciales a donde transferir sus puntos o bien una aerolínea con fuerte presencia en su país y un programa de millas transparente.
Los puntos de bienvenida de una tarjeta de crédito
No dejen pasar las ofertas de puntos de bienvenida de las tarjetas de crédito. Esta es la manera más rentable de obtener millas y puntos en cantidad industrial y al más bajo costo. A medida que la competencia entre bancos se intensifica, mejores las ofertas de puntos de bienvenida de tarjetas de crédito. Si los requisitos anteriores han sido cumplidos, y son usuarios responsables de tarjetas de crédito sin necesidad de endeudarse por gastos irresponsables o fuera de su presupuesto, obtener una nueva tarjeta de crédito con el objetivo de conseguir los puntos de bienvenida no es una mala idea.
Los errores más graves al obtener una tarjeta de crédito
Por otra parte, aquellos que siguen leyendo pero que no pueden controlar sus impulsos se sentirán un poco en off-side, hablando en términos futboleros, al leer estos puntos a continuación:
- No pagar la totalidad del resumen de la tarjeta de crédito a fin de mes. (Esto acumula intereses que erradican totalmente el valor de los puntos/millas)
- Tener siempre la tarjeta de crédito al límite. (Esto generalmente es visto por los bancos como consumo irresponsable y nos reduce nuestro scoring crediticio)
- No saber qué día reportan las tarjetas de crédito nuestro balances a las agencias de crédito. (Esto puede ayudarnos si pagamos el balance antes de que reporten, lo cual mostrará que nuestros balances son nulos)
- Gastar impulsivamente para conseguir puntos o millas extras. (Los consumos en la tarjeta de crédito deben poder pagarse 100% a fín de mes).
- Comprar millas con tarjeta de crédito para obtener el bonus de la tarjeta de crédito. (Solo necesitamos comprar millas cuando el precio de venta es menor de lo que obtendremos por utilizarlas y solo en momentos que sabemos que las utilizaremos. Acumular millas por mucho tiempo es una mala idea)
- Pagar múltiples costos de renovación de tarjeta de crédito anual sin beneficios. (Si vamos a pagar un costo anual de renovación de tarjeta de crédito, esta nos tiene que dar beneficios por al menos el costo total como por ejemplo el seguro de viajero)
- No utilizar la tarjeta de crédito en lugares que ofrecen descuento o bonificación, aunque sea 1%. (1% es mucho, y cada pequeño porcentaje que nos ahorramos es dinero en nuestro bolsillo. No desprecien ningún descuento que sea real)
Pueden compartir sus experiencias positivas y negativas acerca del uso de la tarjeta de crédito en nuestros comentarios. Si necesitan ayuda eligiendo un producto crediticio, dejennos su duda y haremos lo posible por orientarlos en el camino que creemos más adecuado.