Los riesgos de las tarjetas de crédito y los peligros en donde algunos se meten.

Tener una tarjeta de crédito trae riesgos ya que como humanos que somos, tenemos tendencia a muchos impulsos que claramente quedan fuera de nuestro control mental… ¿en parte? Es decir, no soy científico pero escuchar a los que sí son hablar del cerebro humano en términos de desarrollo deja a uno pensando respecto de la capacidad de evolución que tuvo versus los repentinos cambios a los que nos sometimos en nuestro alrededor en los últimos 100 años.

En un abrir y ojos cósmico pasamos de pasar hambre y trabajar todo el día para comer a gastar con un plástico en el que no vemos cuánto tenemos o cuánto gastamos hasta el punto de llegar a explotar en el sentido metafórico.

En Puntos Globales hablamos y nos ocupamos muy seguido de las tarjetas de crédito, creemos que es un vehículo útil para realizar nuestros gastos y que con el advenimiento de los programas de recompensas, dada la situación actual del sistema de crédito, está dado para que aquellos con ganas de esforzarse un poco más allá de lo cómodo puedan obtener ventajas valiosas.

Claro está que el sistema no está precisamente diseñado pensando en que todos los tarjetahabientes vuelen en primera clase año tras año, no habría sistema posible. Los estrategas detrás de estos productos tienen los números claros respecto de la cantidad de gente que gastará sus puntos en tostadoras, televisores, gift card de restaurantes o bien aquellos que los utilizarán para volar, regionalmente o al otro lado del mundo y con lujo.

El problema mayor que esto está causando es la cantidad de gente que se ha tirado a la piscina de clavado olímpico acumulando millas a pura compra o gasto desenfrenado sin realmente algún objetivo o control sobre lo que hacía. No es poco común recibir correos o mensajes privados preguntando acerca de situaciones que a menudo nos resultan alarmantes en donde grupos familiares decidieron salir a comprar millas como si no existiera mañana.

Sin dejar esto de lado, en múltiples artículos ofrecimos nuestra opinión respecto de qué factores han contribuído a este constante sentido de devaluación de los programas… y uno de los problemas está radicado justamente en que la inflación de millas está dada por la cantidad ofrecida y disponible a través de tarjetas de crédito, cualquier realidad con la emisión monetaria de un país, probablemente no sea coincidencia.

Volviendo al tema, tener una tarjeta de crédito con recompensas puede tener un efecto gratificante al final de camino con tan solo utilizarla correcta y responsablemente, ya que tener crédito significa gastar a préstamo, es decir, endeudarse.

Pagar los consumos de manera diferida, en cuotas, en pagos, o como le llamen no cambia que el valor de lo que compramos es el mismo. Con excepciones extremas como hoy Argentina y el nivel de inflación de hace rato, pagar en cuotas, aunque sea al 0% puede ser una mala decisión. Claro que aquellos que pueden elegir entre pagar algo al 0% o invertir el dinero tendrán mejor resultado -en principio- con la segunda opción… pero si están entre dicha disyuntiva, probablemente no están preocupados por este artículo.

Uno de los problemas que nos generamos es el hábito. Es decir, al no ver el dinero que entra, el que sale o entender exáctamente en qué se fue y en qué cantidad, estos de las cuotas se vuelve un hábito difícil de extirpar. Y nuevamente y como todo en la vida, todo en una justa medida, nada en demasía. Si todo lo que consumimos durante el año lo financiamos, al final de cuentas vivimos mes tras mes pagando la financiación de lo que ya consumimos, atándonos para siempre en un espiral sin fondo.

Este es sin dudas el riesgo más grande de las tarjetas de crédito, gastar más de lo que tenemos pero a través de la financiación mes a mes.

El segundo riesgo más grande es simplemente gastar de más o gastar más allá de nuestras posibilidades. Esto usualmente nos llevará a financiar una parte o la totalidad del exceso, y aunque se convierta en una única situación, el riesgo que conlleva en personas propensas a gastar de mas es un exceso de confianza sobre situaciones que no podemos manejar. Los emisores lo conocen, y por eso no todos estamos capacitados en términos de control personal para mantener crédito abierto.

Mantener el crédito abierto y de manera responsable se mantiene una verdad ineludible tanto para aquel con 2 o 3 tarjetas de crédito o herramientas de crédito, como para aquellos con más de 20 o 30 productos de crédito abiertos. La diferencia entre ambos será la sofisticación y atención que deberán llevarle a los pagos, usos, vencimientos y renovaciones.

Un paso más allá encontramos el tercer riesgo de tener una tarjeta de crédito, el costo anual de mantenimiento. Este costo puede ser un ancla que nos ata y pesa sin encontrar un beneficio, como también puede ser un costo más tomado como una oportunidad para obtener algo mejor.

Mantener un costo anual en una tarjeta de crédito de viaje cuando no viajamos es un derroche de dinero. Lo mejor que podemos hacer es encontrar un producto bonificado de nuestro banco actual u otro que sí lo ofrezca y mantener el producto en caso de necesitarlo.

Pero incluso aquellos que viajan puede actualmente tener la tarjeta de crédito incorrecta y estar ampliando el riesgo de tener una tarjeta de crédito al gastar irresponsablemente en su uso y también en su costo sin que pueda ofrecerle rentabilidad subjetiva u objetiva.

Por rentabilidad subjetiva hablo a por ejemplo la membresía Priority Pass. Nadie NECESITA pasar por un salón VIP, simplemente es un servicio adicional que mejora nuestra experiencia. Ahora bien, si viajamos seguido y entre nuestro costo de tener una tarjeta de crédito podemos obtener una membresía ilimitada, teniendo el cuenta el costo de cada ingreso, es probable que estemos obteniendo una ganancia subjetiva.

Una ganancia objetiva sería aquella en la que debido a nuestro gasto, la cantidad de puntos/millas o reembolso que obtenemos anualmente supera el costo anual de la tarjeta misma, además, claro está, de ofrecernos algunos otros beneficios como puede ser una garantía extendida, protección de compra, etc. Entonces, si la tarjeta de crédito tendría un costo anual de USD 200 y entre reembolsos por consumos obtuvimos USD 300, no solo eliminamos el costo de la misma sino que obtuvimos USD 100 de ganancia.

A menudo menciono la posesión de tarjetas de crédito que ofrecen un certificado de noche anual en cadenas de hoteles globales. Sabiendo que uno se va a alojar al menos una noche al año, mantener la tarjeta de crédito a pesar de su costo anual significa una ganancia. Es decir, pagar USD 99 por una noche asegurada en un hotel que puede valer entre USD 80 y USD 500 lo tomo con un buen negocio para el cual asumo el riesgo de mantenerla abierta. ¿Se ve el ejemplo?

El riesgo de tener la tarjeta de crédito en este caso es que por tan solo tenerla, terminemos gastando por sobre lo que necesitamos con el hecho de obtener más millas o puntos. Es cierto también que algunos experimentados conocen cómo jugar con las tarjetas de crédito como para obtener una ganancia o millas a precio vil utilizando lo que se conocen como «manufactura de gastos», pero eso queda para otra sesión.

Por último, el riesgo final de tener una tarjeta de crédito se refiere a no ver el bosque y enfocarse tan solo en el árbol. La tarjeta de crédito y los programas de recompensas son tan solo productos, productos financieros, pero artículos que nos pueden ayudar a mejorar nuestra posición o comodidad, y nada más.

Aquellos que encuentran en su tarjeta de crédito o programa de recompensas una obsesión a menudo terminan en un problema más allá de su control. Las tarjetas de crédito deberían ayudarnos a movernos financieramente sin dinero físico y obtener protecciones a la hora de realizar compras, mientras que los programas de recompensas tendrían que sentirse como una opción en donde nos ofrecen un descuento o beneficio futuro por nuestro patronazgo con cierta o ciertas compañías.

No soy un fan de los club de millas, y uno de los pocos que veo con mucho, pero mucho interés es el Club Smiles (por el momento) ya que las oportunidades que veo día tras día sacan mis ojos de la cara…aunque tengo mis reservaciones respecto de cuándo se cortará la rueda, porque claro está que los programas de recompensas cortan y cambian de rumbo con mucha frecuencia.

Como consecuencia, tampoco soy un fan de comprar millas, pero entiendo cuándo la venta de millas puede ser rentable y cuándo no. La realidad es que en la mayoría de las promociones, no vale la pena. Por otra parte, sí puedo opinar que comprarlas a menos de 2 centavos como a menudo se ofrecen, para luego cambiar por cabina premium sí vale la pena en un 90% de las ocasiones… excepto cuando la aerolínea nos cobrará una fortuna en tasas y cargos.

Conclusiones

Ya sea que tengan 2 o 20 tarjetas de crédito, los riesgos siempre están latentes, tener crédito abierto equivale a obligarse a ser medido y responsable, uno se puede encontrar más allá de sus posibilidades muy fácilmente, tan lejos que luego no vemos más que un pequeño puntito blanco al final del camino significando en dónde comenzamos.

Desde mi punto de vista, siempre tenemos períodos de expansión en donde nos damos gustos, re-armamos nuestro closet, compramos una nueva casa, remodelamos, compramos un auto nuevo o expandimos nuestros negocios. Estos no deberían ser eternos y es probable que en algún punto de nuestras vidas hayamos pasado por un ejemplo similar y hayamos tenido que financiar algo.

La idea es volver pronto, y realmente pronto, a la normalidad del ahorro y la inversión (para aquellos que tienen la posibilidad) y mesurar lo que deseamos tener, sobre todo cuando es a crédito ya que como especie, nuestros deseos son infinitos, mientras que el crédito y los ingresos lamentablemente no.

4 Responses

  1. Sonny dice:

    Muy buen analisis Gaston…
    «aunque tengo mis reservaciones respecto de cuándo se cortará la rueda, porque claro está que los programas de recompensas cortan y cambian de rumbo con mucha frecuencia.»

    No lo dudes…sucederá y a más de uno ya sean socios nuevos o los viejos que venimos de la plataforma Brasilera, los dejara culo para arriba.
    Primero es todo (o casi) color de rosas…Ya lo vivimos en Smiles Brasil y si bien el tamaño de mercado es muy diferente, es muy facil que en este pais se les vaya de las manos en menos tiempo de lo que les tomó en Brasil.

    • Gastón dice:

      Sinceramente es demasiado bueno y lo más extraño es que viene atado a una aerolínea pequeña. Para los que quieren viajar en cabina premium, es un gran programa

  2. Federico dice:

    Excelente post. Muchas gracias. Saludos.

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