Crear un presupuesto, mision posible. Parte 2
En el artículo anterior nos referimos a las razones para crear un presupuesto, la utilidad de crear un presupuesto, el gasto hormiga y su daño y a como crearlo nos ayuda a no endeudarnos y mantenernos en control de nuestras finanzas.
Esta serie de artículos aplican a personas que tienen una lista de gastos e ingresos simples como puede ser una persona soltera, joven y que estudia en la universidad, como también a aquellos profesionales o no, que tienen múltiples fuentes de gastos e ingresos. El presupuesto es organización, planeamiento y control. En definitiva, la pregunta que nos hacemos a menudo es cómo poder utilizar nuestro ingreso sin quedarnos secos antes de tiempo, ¿no? Esto puede incluir el ahorro y la inversión.
Veamos algunos pasos simples para comenzar a diagramar un presupuesto de finanzas personales:
Establecer cuánto dinero tendremos disponible todos los meses
Parece sencillo, pero no lo es así para todos. Cambios en los impuestos a las ganancias, impuestos al trabajo, modificaciones de esquemas de profesionales independientes, incrementos en las escalas debido a inflación, entre otros eventos que pueden acontecer y modificar el patrón de ingreso. Incluso los aumentos reales, los incrementos en el presupuesto debido a los trabajos secundarios o part-time, modificaciones del salario debido a la inflación son ejemplos positivos, en el otro espectro de lo que generalmente podríamos esperar que cambiara nuestro ingreso.
Seamos realistas, utilicemos información clara. Si puede que un aumento esté en camino, presupuestemos en base a lo que estamos 100% seguros que vendrá, y en el monto exacto que tenemos confirmados. En cierta medida, el presupuesto tiene algún tipo de elasticidad. Si alguna modificación positiva puede que venga en nuestra dirección, siempre podremos editarlo al cumplirse, y por consiguiente, tendremos un remanente a nuestro favor para considerar. En el caso contrario, cuando sabemos que algo negativo irá a impactarnos, es preferible contemplarlo por sobre lo que esperamos si no está 100% verificado, y luego en caso de que la realidad esté por debajo de lo que esperábamos, ajustar acorde a los hechos verificables.
Ejemplo positivo, incremento de salario.
Nuestro jefe nos dio la primicia que tendremos un aumento a partir del próximo mes pero no conocemos el monto exacto. Escuchamos que la mayoría de nuestros compañeros obtuvieron entre un 10% y un 15% de aumento. ¿Como lo consideramos en nuestro presupuesto del mes siguiente? Consideraría un 5% o nada, si no hay una necesidad que requiera fondos adicionales como una deuda a repagar de manera temprana, intentaría encontrar antes de saber el monto exacto del incremento el lugar indicado en donde absorberlo. Siempre teniendo en cuenta que no hay deuda a pagar, como prioridad propondría ahorro o inversión. En el caso de haber deudas, viviría con el mismo presupuesto y cualquier incremento por sobre lo normal -siendo todo lo demás estable- quedaría asignado al repago de la deuda. De esta manera, aceleramos el repago, vivimos con un nivel de vida que ya conocemos y contribuímos a nuestro bienestar financiero. Recuerden, la gran mayoría de la gente tiene una preocupación principal: el dinero.
Ejemplo negativo, incremento en los impuestos.
El país, el estado, la provincia o la ciudad decidió hacer un revalúo fiscal y por consiguiente nuestra casa pasará a pagar un 20% más de impuestos a la propiedad debido al incremento de los valores de la misma. Este 20% extra sobre el valor de la propiedad supone un 5% más de gastos en nuestro presupuesto personal. Dependiendo que tanto tiempo tengamos hasta que el impuesto se vuelva efectivo en cuanto al pago, deberíamos recalcular en donde podemos reducir el presupuesto para cubrir este 5% sin ningún tipo de ingreso adicional. Esto significará recortar las categorías menos vitales como salidas, telecomunicaciones y gastos impulsivos.
Recuerda, tu presupuesto debe cubrir todas las necesidades, incluso presuponer cierto gasto para cualquier tipo de gasto impulsivo como podría ser el café de las 5 de la tarde que tu amigo puede que te pida para ir a conversar.

Al crear un presupuesto, establecer un porcentaje saludable para cada categoría
A través de los años se solidificó la idea de que una persona no debería estar gastando más del 30% de su presupuesto en vivienda, aunque los expertos recomiendan no más del 25%. Nadie vive en el mundo ideal, sin embargo, los porcentajes son una guía, un objetivo y nunca deben ser una religión o creencia absoluta. Si los expertos recomiendan no más del 30%, esto no quiere decir que si gastamos 31% debemos convertirnos en unos fanáticos de las finanzas para aprender a ahorrar cortando en los lugares no recomendables.
Un presupuesto saludable, de acuerdo al consenso de los expertos, debería tener no más de un 50% en necesidades, 20% en deseos personales y cuestiones discrecionales, 10% en ahorros, 20% en repago de deudas y/o inversión. Una vez más, los porcentajes son una guía aspiracional y no una regla asentada e inamovible. Cada presupuesto tendrá sus variables acorde a la situación específica de la(s) persona(s) involucradas. En caso de necesitar ayuda profesional, siempre podemos consultar a un contador o asesor financiero registrado.
Desglosando el 50% de las necesidades
Las necesidades son simplemente ítems de los cuales no podemos o no deberíamos prescindir. Ejemplos de necesidades son:
- Vivienda
- Compras de alimentos e higiene
- Servicios públicos
- Gastos laborales incluyendo transportación
- Seguros
- Educación -esto a pesar de ser una elección es una inversión a futuro y una posibilidad para mejorar nuestro ingreso por lo que no deberíamos prescindir de ello-
- Gastos relacionados a la medicina
- Expensas conectadas a los hijos o personas dependientes
- Cualquier tipo de monto mínimo e ineludible de nuestras deudas
Estas categoría deberían estar contempladas en el 50% de nuestro salario. En casos individuales, gastos en medicina en el caso de las emergencias podrán salir de los ahorros ya disponibles, los costos de la educación podrían salir de una parte del presupuesto de ahorro e inversión siendo que la educación en sí misma una inversión en nosotros mismos, y cualquier otro gasto que exceda nuestro 50% debería tener que tomarse desde el 20% asignado a deseos personales y cuestiones discrecionales.
Siempre tenemos que estar dispuestos y abiertos a buscar mejoras en nuestro porcentaje de necesidades. En cuestion de vivienda quizá podamos conseguir un lugar mas accesible o mas chico si el espacio que tenemos nos excede. Buscar un compañero de vivienda para dividir el gasto es otra estrategia aceptable para reducir este costo. En el caso de aquellos que tienen una hipoteca, refinanciar a una tasa mas baja cuando nuestro puntaje crediticio aumenta podría ser otra de las ventajas que nos sacaría aún mas adelante en cuanto a nuestro presupuesto. Los seguros deberían ser parte de nuestra reevaluación anual, siendo que es un producto comparativo por el cual muchas empresas compiten, podemos ahorrarnos dinero al salir de compras y hacer que las empresas compitan por nuestro negocio. En el caso de los servicios públicos como la luz, el gas, impuestos, internet, entre otros, no siempre existe competencia de mercado como para reevaluar nuestros costos, pero si el mercado especifico lo permite, deberíamos reevaluar nuestros servicios al final de cada contrato.
Disminuir nuestros costos financieros y maximizar nuestros descuentos puede también hacer la diferencia. Obtener una tarjeta de crédito como la Chase Freedom Unlimited que no tiene costo anual de renovación y nos ofrece 1.5% de reembolso en todas las compras o la Citi Double Cash Back con 2% de reembolso puede ser una aliada para ahorrar en nuestros gastos corrientes.
Cambiar de banco e inscribirnos en una cooperativa de credito que nos ofrezca cuentas bancarias sin costo mensual puede asegurarnos bajar nuestros costos financieros y también ahorrarnos en servicios con costos innecesarios. Un ejemplo puede ser RBFCU.
¿Que incluye el 20% de deseos personales y cuestiones discrecionales?
Al final de cuentas somos personas, somos seres sociables y tenemos deseos y necesidades. Ningún presupuesto funcionará, como está claro que ninguna dieta funciona, si lo que hacemos es suprimir todo lo que nos gusta todo el tiempo. Podemos vivir durante un tiempo ajustados para un objetivo, pero vivir toda nuestra vida tan ajustado que no nos permitimos un disfrute mínimo, hará que nuestro presupuesto estalle por los aires en algún momento. Esto es teniendo en cuenta que todos podemos pasar por grandes momentos de crisis financieras, pérdidas laborales, familiares y urgencias que pueden acontecer y cambiar nuestra vida, cuando nos referimos a centrarnos en el presupuesto y vivir sin gastar en cosas que deseamos, está implícito que la situación no es caótica o de extrema pobreza.
Cuando nos referimos a deseos personales y cuestiones discrecionales generalmente observamos cuestiones que son demasiado subjetivas y a veces difícil de establecer. Jugar al fútbol dos veces por semana con los amigos, ¿es un deseo, es discrecional o es una necesidad -del tipo psicológico- ? ¿que podemos decir acerca del pago mensual de nuestra membresía al club? ¿o que tanto tiene de deseo y no de necesidad el poseer una membresía en un gimnasio?
Por otro lado, algunos deseos como irnos de vacaciones a un lugar exótico, comprarse la última tecnología, cambiar los muebles pueden ser un poco más claros en su categoría de deseo. Pasaría a ser una necesidad si tuvimos un terremoto y nuestros muebles quedaron destruidos, eso está claro. Ahora en las cuestiones discrecionales, las respuestas son un poco más sencillas. Tomarse uno o dos cafés por día en el establecimiento de la esquina del trabajo no es una necesidad, es un gasto discrecional. Elegir comer en un restaurante o bar todos los días en nuestro horario de almuerzo del trabajo es discrecional, no necesidad. Claramente podemos cocinar y llevarnos incluso algo mejor de lo que comeremos en el restaurante. El gasto hormiga del chocolate, el dulce, las galletitas y la coca cola que compramos al pasar es discrecional y no necesidad.
Los expertos no recomiendan que esta categoría sea más del 20%. Es una buena idea no gastar todo lo que entra si es que estamos holgados en nuestro presupuesto. Esto da paso a nuestra siguiente categoría.
El ahorro y la inversión en un presupuesto
Es de vital importancia generar algún fondo de emergencia. De manera segura usualmente recomiendan guardar 6 meses de nuestro salario mensual en caso de que suceda algo que nos deje dados vuelta. Esta categoría es un tanto difícil de asignar ya que el ahorro puede dar a la inversión, y la inversión puede tomarse en el ahorro. En definitiva, no menos del 10%, y aclaro nuevamente, no menos, debería estar asignado a al menos ahorrar y tener un fondo de garantías propios. Una vez que esto se establece, deberíamos comenzar a pensar en invertir, ya no solo para mantener fondos fijos y disponibles, sino para hacerlos crecer.
Aquí entran ya los asuntos espinosos como son la inversión en acciones, bonos, monedas, certificados de depósitos y otros instrumentos financieros, simples y complejos. Si bien no nos enfocaremos a fondo en la parte de inversión ya que esto lo realizaremos en las secciones y artículos correspondientes, la diferencia entre seguir acumulando ahorros y dejarlos en el banco, en el colchón o en la caja de seguridad es que este dinero no generará nuevo dinero, ni siquiera contra la inflación como para mantener el mínimo valor de resguardo. Por otra parte, los instrumentos financieros como los bonos o certificados de depósitos pueden proveernos cierta aislamiento o resguardo contra la inflación e incluso sobrepasarla en cierta medida. Los acciones, fondos mutuales o fondos comunes de inversión tienen un riesgo mas alto, tienen la posibilidad de perder valor, pero han sido por al menos un siglo el instrumento para generar riquezas mas grande que el público general ha tenido a disposición. Todo debido a un factor, el interés compuesto de los dividendos.
En caso de poder obtener al menos 6 meses de resguardo financiero en forma de ahorros pero teniendo deudas que pagar, como opinión general, es recomendable deshacerse de la deuda antes de comenzar a invertir, salvo cuando los intereses de la deuda sean mucho menores al retorno mínimo que podríamos obtener. Ejemplo: Si tenemos un préstamo prendario a 1.5% anual y los certificados de depósitos del banco nos ofrecen 2.5%, pagar la deuda no sería tan atractivo como poner ese dinero extra en una inversión como la segunda, al menos a primera vista. Para casos particulares, siempre consultar a un profesional registrado.
Repago de deudas
Esta categoría es aquella que debemos atacar con más fuerza. Cuanto antes nos deshagamos de lo que nos ata, más rápido podremos alcanzar los objetivos financieros y personales que estemos buscando realizar. En este caso nos referimos a deudas personales. Al realizar el presupuesto, la categoría que más debería recibir incrementos a medida que nuestro ingreso obtiene recursos adicionales debería ser siempre el repago de la deuda. El único caso en el cual en lo personal priorizaría invertir por sobre repagar la deuda sería en los casos en la cual la tasa de interés de la deuda es nula o prácticamente nula (y por debajo de la inflación media), y las tasas de retorno sobre un activo o inversión de bajísimo riesgo como es un certificado de depósitos -llamado también depósito a plazo fijo- nos provee una ganancia real sobre el interés de la deuda y la inflación.
En el próximo artículo te mostraremos los pasos y las opciones simples, sencillas y con mínimos requisitos de conocimientos tecnológicos para crear un presupuesto para que puedas comenzar cuanto antes.