¿Cerrar la tarjeta de crédito o mantener la cuenta pero sin costo anual?
Muchos piensan que cerrar la tarjeta de crédito es la mejor opción cuando no queremos más una tarjeta de crédito ya sea por los costos o porque no la utilizamos tan frecuentemente, o bien cuando el programa de beneficios ya no nos ofrece lo que realmente necesitábamos.
En múltiples ocasiones hablamos de este tema y hoy volvemos a tocarlo desde la arista de las dos opciones más viables, ¿cerrar la tarjeta de crédito sin pensar en las consecuencias o bien bajarla de categoría o nivel hacia una que tiene un costo mínimo o nulo?
El efecto de cerrar una tarjeta de crédito
Cerrar la tarjeta de crédito es básicamente concluir la relación con la entidad financiera. Esto no es un movimiento positivo ni negativo en sí mismo, sino que dependiendo otros factores, como pueden ser la longitud de nuestra relación con la misma, puede tener un efecto diferente en una futura solicitud de crédito (en forma de tarjeta).
American Express es más que conocido por analizar cuestiones de relación entre el cliente y la compañía al aprobar una nueva solicitud de crédito, sin contar con los requerimientos específicos.
Los efectos de cerrar una tarjeta de crédito pueden sentirse a lo largo de años. Aún cuando en muchos países el puntaje o scoring crediticio aún no está tan extendido y divulgado públicamente como en otros, las compañías que lo elaboran son prácticamente las mismas, con diferentes razones sociales o nombres de fantasía. Otras adquieren compañías establecidas y las mantienen bajo su paraguas de aspiradoras de información global. Usualmente son Equifax, Transunion y Experian que operan bajo diferentes marcas y/o asociaciones en diferentes países, pero al final de cuentas son los mayores comerciantes de información crediticia hasta el momento.
Uno de los efectos más perniciosos de cerrar la tarjeta de crédito es el de la pérdida de puntos en nuestra evaluación crediticia. ¿Por qué se da esto? La respuesta es simple, uno de los componentes de los scoring crediticios está basado en el cálculo del crédito total disponible, o bien la suma de todos los límites de nuestras tarjeta de crédito, versus la capacidad utilizada.
Por lo que si teníamos $20.000 de límite entre todas y cerramos una tarjeta de $5.000 al momento de tener $10.000 reportados en el balance, nuestra utilización es del 75% de nuestro límite, algo visto como altamente riesgoso para los bancos.
Otra de las cuestiones, pero que representa algo negativo a futuro es que el historial y añejamiento de nuestra historia crediticia depende de la mantención de líneas crediticias abiertas y añejadas. Lamentablemente nuestros reportes crediticios y su puntuación no se basan en no tener deudas, sino todo lo contrario. Es probable que cuanta más utilización crediticia (en el mix de tipos de crédito) nos aumente la puntuación, y como consecuencia la posibilidad de que los bancos nos ofrezcan más y mejores productos.
En definitiva, cerrar una tarjeta de crédito puede que no sea tu mejor opción.
Rebajar la tarjeta de crédito (cambiar de producto)
En vez de cerrar la tarjeta de crédito, una opción más que satisfactoria en una gran porción de los casos (pero no en todos) es la de rebajar el producto o básicamente cambiar de nivel al más bajo posible por parte del banco. Por ejemplo si tenemos la Visa Infinite de nuestro banco estamos obteniendo en nivel más alto de servicios, y por lo tanto, un costo anual elevado que quizá ya no nos represente.
Lo que podemos solicitar es el cambio de producto o la rebaja del servicio al nivel de Visa Clásica, Oro, Platinum o el que fuera que podamos obtener como cambio de producto, y no como nuevo producto, a cambio de una membresía anual bajísima que podamos tolerar o en el mejor de los casos de $0.
Es claro que lo ideal es obtener una tarjeta de crédito con $0 anual de costo, lo cual no siempre es posible. Lo que sí es posible en muchos casos es mantener nuestra cuenta bancaria que nos bonifique de alguna manera la tarjeta, lo cual permitiría mantener la línea de crédito y antigüedad sin perjuicio de perder puntaje crediticio.
Problemas menores de cerrar la tarjeta de crédito
La pérdida de puntos o millas puede ser un problema accesorio pero real de cerrar la tarjeta de crédito. Es claro que al cerrar una tarjeta de crédito nuestros puntos bancarios desaparecerán, puff, no están más. Las millas es otra historia, lo cual nos permite mantenerlas por cierto tiempo sin movimiento hasta su fecha de expiración.
Perderemos algunos de los beneficios accesorios que trae la tarjeta de crédito con un costo más alto. Esto puede parecer un problema muy menor, pero para mucha gente puede resultar un beneficio mayor que incluso supera el costo anual de la tarjeta de crédito. Muchas veces mantener la tarjeta de crédito abierta significa obtener mayor beneficio del que pagamos anualmente, tomándolo efectivamente como un descuento.
Aprovechar nuestro producto y hacer competir a los bancos (matcheo)
Hacer un match de tarjetas con otro banco es una excelente manera de obtener una aprobación acelerada respecto del camino regular. Es decir, si tenemos una tarjeta para la cual calificamos en un momento pero ahora el salario o lo que fuera nos quedó por detrás y no podríamos obtenerla, mientras que esta se devalúa en servicios, es posible ir con ella a otro banco y decir: «Hey, tengo X tarjeta de este nivel, no me quieren como cliente?».
Poner a competir al banco por nuestro nivel de consumo es una excelente manera de ver qué reglas pueden ser dobladas hasta que el banco mismo nos califique como para obtener el mismo producto pero con su marca. No quiere decir nada ilegal, simplemente que los bancos ponen frente a sus vidrieras requerimientos que usualmente tienen excepciones o pueden ser autorizadas de manera manual por alguien internamente.
Esto es una forma útil sobre todo para clientes de altos niveles de consumos… aunque personas con niveles medios pueden que califiquen si es que provienen de un producto de alta gama. Lo importante es probar y preguntar, ¡el NO ya lo tienen!
Conclusiones sobre cerrar una tarjeta de crédito
No siempre el impulso de cerrar la tarjeta de crédito es la decisión correcta. Nuestros objetivos a largo plazo deben estar alineados con la decisión, y en reiteradas oportunidades me vi tentado de cerrar una tarjeta, solo para encontrarme negociando con el banco una rebaja en el costo, la bonificación del mismo o incluso un bono de puntos o millas adicionales a la bonificación para que la mantenga.