Bancos recortan límites en tarjetas de crédito
La crisis está provocando de manera cada vez más extensa un severo recorte a los límites de las tarjetas de crédito. En realidad esto no era ilógico, de hecho era más que plausible que sucediera incluso de manera más extendida. Los bancos están recortando los límites de crédito en las tarjetas. ¿Por qué? Tienen claro lo que se viene, una crisis global.
No es mi objetivo crear miedo ni ser alarmista. Por un lado, los bancos han estado incrementando las reservas ante defaults, reduciendo la exposición a todo tipo de préstamos de dinero, aumentando los criterios de aceptación o requerimientos para cualquier tipo de producto y reduciendo beneficios o promociones. ¿Qué saben los bancos que nosotros no? Bueno, de la economía de a pie conocen todos los movimientos, son amos y señores de la información que pasa por todos sus plásticos, débito y crédito.
También conocen al dedillo la situación de las compañías para las que guardan sus recursos. Ven la disponibilidad en cuenta, los pagos, los cheques rechazados, etc. En la era de la información, nadie como los bancos para saber exactamente qué está sucediendo en la economía diaria y real, la nuestra.
De los países de Latinoamérica, ya tenemos reportes de prácticamente todos los países en donde tenemos lectores o colaboradores que pueden confirmar reducciones de límites y aumentos de requerimientos. El último fue un reporte plasmado en un excelente artículo provisto por Luis referido al Santander en México.
Así como las tarjetas de crédito están viendo bonificaciones en las comisiones anuales, algunos cambios en los beneficios, acumulación de millas/puntos aceleradas y otras pequeñas modificaciones, por detrás de la cortina los bancos se están abrazando al choque que ven venir. El golpe no discrimina país ni economía, pero es parte de su negocio.
En tiempos difíciles, los bancos reducen su exposición y son más selectivos que nunca. Comienzan a reducir las ofertas de transferencia de balances, limitan a los nuevos clientes, reducen límites en las tarjetas de crédito y ponen barreras a la obtención de préstamos de todo tipo.
Lo cierto es que si en estos días o en las próximas semanas ven reducidos sus límites en las tarjetas de crédito no deberían sorprenderse. Es una parte normal del ciclo de subidas y bajadas de una economía, es un ajuste del riesgo de los bancos de los cuales utilizamos su dinero (entre comillas), para potenciar nuestra capacidad de pago.
¿Es esto algo negativo? En algunos países altamente influenciados por el puntaje crediticio, el ver su crédito disponible reducido puede afectar de manera negativa su capacidad de abrir líneas de crédito que van desde una hipoteca, hasta un crédito productivo.
Si bien todos los países tienen en sus sistema bancario algún tipo de scoring crediticio, no todos han implementado de manera efectiva y clara el modelo con sus clientes. Lo cierto es que el puntaje de crédito termina siendo un factor más o menos importante en la decisión final del banco respecto de un producto.
Ahora bien, si ustedes son responsables con su crédito y pagan la cuenta a fin de mes, el límite no debería ser un problema mayor. Las cuotas son usualmente el problema, uno ingresa en el método de pago a 3, 6 o 12 meses y continúa viviendo normalmente hasta que viene el siguiente pago que también cuotifica, y el siguiente, y otro más hasta que su límite total y cuotificado se fue a las nubes. Al final termina pagando su viaje, sus hamburguesas y su compra del supermercado meses después de que lo ha disfrutado.
En Latinoamérica hay tres países que tuvieron inflación superior al 5% durante 2019: Argentina (más del 50% anual), Uruguay (alrededor del 8%) y Venezuela (en los miles de %). Teniendo en cuenta la distorsión que genera ese cancer financiero, no es casual que financiar los consumos sea algo normal, pero es un hábito que habría que desterrar ya que en otros países como México y Perú con inflaciones menores al 4% también suceden.
El problema radica que más allá del valor porcentual de las cuotas, uno termina pagando costos financieros adicionales que incluyen el precio que pagamos por la anualidad de la tarjeta de crédito, cuenta de banco, resumen de cuenta, seguro de vida y muchos otros gastos accesorios que están en algunos países. Otros cuotifican con interés, y a esta altura debería estar claro que el interés de la tarjeta de crédito es una de las formas de crédito más caras que existe. Por último están los que terminan refinanciando lo financiado, ingresando en la vida del pago mínimo o de los intereses altísimos.
En Puntos Globales tenemos como objetivo ayudar a comprender la idea del consumo responsable a través de la creación de presupuestos hogareños o personales, el hábito del consumo y repago inmediato y el desendeudamiento. Claro que las millas y los puntos están en el centro de todo esto, pero no existe milla o punto que valga la pena si pagamos intereses sobre los hot dogs que comimos hace 6 meses y aún seguimos pagando de manera cuotificada.
Al final de cuentas, los bancos conocen nuestra situación casi mejor que nosotros y esta situación de recortes de límites en tarjetas de crédito se debe más a una situación defensiva de los bancos que a un problema personal nuestro. Pero si en el último tiempo hemos mostrado dificultades para pagar por completo nuestras deudas, no es descabellado pensar que seremos un blanco fácil.
Si sienten que están encuadrados en dicha situación, deberían estar de alguna manera aliviados. Será un gran método de evitar un problema aún mayor del cual puede que salir les tome años de su vida. El golpe de endeudarse y quedar atrapado es inerte hasta que uno se ve frente a frente con el monstruo, y en medio de esta pandemia en donde el final del túnel está lejos, lo mejor es tener al monstruo lejos.
Recuerden que cuando pasamos la tarjeta utilizamos dinero que no es nuestro o que no tenemos, pero por el que estamos aceptando pagar a futuro, o bien declararnos insolventes y enfrentar años de problemas. Hoy nuevamente los bancos se enfrentan al riesgo al que siempre están expuestos, y por el cual cobran intereses año tras año. Es de esperarse que restrinjan el acceso y los límites de las tarjetas de crédito de todas las manera que vean necesarias.
¡Hola Gastón! Te cuento que en Colombia por ahora no he escuchado casos de recorte en el límite, aunque sí ha sucedido que algunos bancos bajaron considerablemente o dejaron en 0 el cupo para hacer avances de efectivo y, también, han suspendido aperturas de productos crediticios o en su defecto solo están enfocados en los clientes más responsables y rentables.
Por otro lado, muchos sí cayeron en los «auxilios o alivios» que los bancos daban por 3 meses para rediferir la deuda y ahora se están quejando bastante, porque se dieron cuenta que no era tan lindo como lo pintaban. Al final todo se resume en ser conscientes y analizar si esas opciones son viables para nosotros, no por nada el presidente de Scotiabank Colpatria dijo «los que están en capacidad de pagar su deuda como lo venían haciendo sigan así, no se acojan a los alivios».
¡Hola Carlos!
Estaré sintonizado para las novedades. En algunos países parece ser masivo y en otros de manera selectiva o por banco. De todas maneras, no es una práctica poco común en una recesión o derrumbe económico. La primera deuda en caerse es la de las tarjetas de crédito o préstamos sin garantía. Con esto dicho, te imaginarás que eso explica el cupo $0 para avances de efectivo. La desesperación puede llevar a mucha gente a utilizar su tarjeta de crédito como un cajero automático y ponerse a pagar intereses purgatorios.
Estoy del lado de aquellos que piensan que aún estamos en el primer tiempo del partido, lejos del pitido final. En uno, dos o tres años (quizá más), miremos para atrás y entenderemos mejor lo que pasó. Hoy por hoy, todos estamos navegando con la poca o mucha información que poseemos. Los bancos no son ajenos, y al ser usualmente el negocio menos querido/estimado por la gente, cuando toman estas decisiones se hacen notar. Deja que pase algún mes más con problemas y tendrás a los bancos haciendo más ajustes, vamos para largo.